miércoles, 8 de febrero de 2012

Historia de Dragon nest



Todo comenzó con el delito de Lucius, el hijo favorito de Desmodeus; rey de los dioses. Lucius robó el brillo de su padre y usó su poder para crear su propio mundo. Desmodeus, furioso, acudió al consejo de Galantia. Allí se encontraba la sabia de los dioses. Fue ella quien le dijo que sólo un mortal del mundo, que había estado soñando, podría recuperar el brillo perdido. Por desgracia, recuperarlo supondría un alto coste; Desmodeus perdería lo más preciado para él.

Desmodeus hizo caso omiso a la advertencia de uno de los sabios. Pidió a sus dos hijas, Althea y Vestinel, crear el mundo de sus sueños. Sin duda, una de ellas sería capaz de llevar a cabo la tarea, y lograría recuperar el poderoso artefacto.

Ambas hijas fueron creando mundos hasta que llegase el día en que los mortales recuperasen el brillo. Althea creó el mundo brillante y hermoso llamado “Verathea”, así como a sus habitantes: Dragones, Antiguos, Elfos y Humanos. Estos mortales eran los más adecuados para cumplir la difícil tarea de encontrar el brillo. Por otro lado, el mundo que creó Vestinel tomó otro camino totalmente diferente; un lugar de oscuridad y caos. Los mortales de su mundo eran crueles, insensibles, y tenían la determinación de buscar el brillo a toda costa.

Cuando se presentaron ante su padre , mostraron ambas creaciones. Desmodeus rió de alegría por el mundo que creó Althea, pero se horrorizó por el creado por Vestinel.

Celosa y enfadada, Vestinel envenenó a su hermana con una sustancia insidioso, hecha de su propia esencia oscura. Éste sería su último acto en la casa de los dioses. Ella se vio obligada a huir a donde el poder de su padre, Desmodeus, no pudiese alcanzarla. Por desgracia, tomó el cáliz mágico que podría haber curado a Althea.

Fue entonces cuando Desmodeus se dio cuenta de que debería haber escuchado al sabio, porque había perdido la cosa más preciada para él: el amor de sus dos hijas.

Había llegado la hora de darles el relevo a los mortales del mundo de Verathea para recuperar el cáliz y llevar a juicio a Vestinel.

La destrucción del mundo

Según la corrupción de Vestinel se extendía por Althea, así mismo lo hacía por su creación, el mundo de Verathea, que era una extensión de la diosa en sí mismo. Los dragones y los humanos apenas fueron afectados por el deteriorado estado de la diosa, pero los elfos perdieron su inmortalidad y los antiguos vieron corrompidas sus almas.

Los antiguos se volvieron descontentos con el mundo y desearon suplantar a los dioses, para ganar poder intentaron manipular el monolito, el corazón del mundo. Los dragones como eternos guardianes de Verethea intentaron detener a los antiguos, pero fallaron y los antiguos causaron que el monolito estallara.

La explosión del monolito cambio el mundo, la mayoría de los antiguos murieron por la explosión. Aquellos que logaron sobrevivir estaban avergonzados por sus acciones y se escondieron. Todos los continentes excepto Altera fueron destruidos, el peor efecto de la explosión fue la brecha que creo entre Verathea y su gemelo oscuro, el mundo sin nombre creado por la malvada Vestinel. Fue a partir de este mundo oscuro que el gran mal entro en Verathea, el Dragón del Vacío.

La batalla de los dragones

Los dos dragones creados por Althea el Dragón Centinela y el Dragón Tempestad, deberían ser los guardianes de la paz en Verathea. Eran criaturas de enorme poder que asegurarían durante generaciones la paz y la justicia en el mundo. Mientras el Dragón del Vacío creado por la gemela oscura de Verathea, tan fuerte como los dos dragones juntos fue hecho para luchar contra ellos.

La batalla entre los dragones fue titánica, haciendo temblar montañas y devastando bosques. Después de mucho pensar el Dragón Centinela y el Dragón Tempestad serían capaces de derrotar al Dragón de Vacío a costa de la vida del Dragón Tempestad. Incluso siendo derrotado, la maldad del Dragón de Vacío no sería extinguida. El alma del Dragón de Vacio se introduciría en el cuerpo sin vida del Dragón Tempestad, levantándose como un monstruo no muerto cubierto de corrupción. Las lágrimas llenaron los ojos del Dragón Centinela mientras luchaba contra el cuerpo poseído de su amado hermano.

Desgarrado y cubierto de sangre, el Dragón Centinela fue capaz de vencer al cuerpo del Dragón Tempestad, sólo para ser derrotado a la vez que el cuerpo explotó, destrozando el cuerpo del Dragón Centinela. Al morir el Dragón Centinela se dio cuenta de que cada trozo del cuerpo del Dragón Tempestad que había aterrizado por todo el mundo posee un fragmento de poder del Dragón de Vacío e inevitablemente sería descubierto y continuaría propagando su corrupción.

El renacer

Como su ultimo regalo al mundo, el Dragón Centinela dividió lo que quedaba de su poder para crear dos nuevos dragones, el Dragón Dorado y el Dragón Plateado, que protegerían Verathea y recolectarían los trozos del Dragón Tempestad, conocidos como dragón lustres. No fue fácil. Los lustres de dragón atrajeron a todos lo suficientemente ambiciosos para desear el poder del Dragón de Vacío. Algunos murieron otros obtuvieron los lustres; otros murieron mientras los mantenían ocultos. Lo único que mantuvo los trozos intactos fue que nadie sabía cómo desbloquear el poder de los lustres. Hasta ahora.

Una llave que puede quitar el sello de los lustres ha aparecido. Las fuerzas del mundo stir, buscan poseer esa llave.

La llave en sí misma, es una chica llamada Rosa.